Mi historia
Desde siempre…
Desde siempre me recuerdo buscando respuestas “dentro”. Dentro de mí y dentro de los demás. Me apasionaba conocer cómo funcionamos las personas a nivel emocional y mental. ¿Qué nos lleva a tomar ciertas decisiones, a pensar de cierta manera, vivir de una forma u otra, y sobre todo, cómo ser feliz? Me introduje en la psicología humana a través de la lectura: sólo me interesaban los libros que me hicieran descubrir más acerca del mundo interior del ser humano.
Esta inquietud me llevó a ser mediadora de muchos conflictos personales ajenos…. y yo seguí buscando respuestas. ¿Para qué? Eso lo descubrí con los años.
La elección de mi carrera…
Cuando llegó el momento de elegir carrera universitaria, lo tenía claro: Psicología. La manera no fué la prevista y aunque la vida me tenía preparadas algunas pruebas…. Yo tenía clara mi PASIÓN. Comencé con la diplomatura de magisterio, seguí con la licenciatura de psicopedagogía y ya en el doctorado realice dos años de Psicología evolutiva.
Ahí descubrí el universo de las personas cuando envejecemos. Esto vino acompañado de la enfermedad de Alzheimer en mi abuela, que toda la familia vivió muy de cerca. Fué entonces cuando hice el máster de Psicogerontología. Mi puzzle se iba completando. Tenía una visión amplia para comprender desde la niñez hasta la vejez.
Fue entonces cuando empezó mi carrera profesional, con veintitantos, acompañando a madres y padres en escuelas de familias a través de un programa de la delegación de educación en el ayuntamiento de Sevilla. A su vez, realizaba valoraciones psicológicas en una empresa a personas mayores para orientar el trabajo de auxiliares y familiares en la tarea de cuidadores. Me sentía plena y feliz!
Un cambio de rumbo…
Sobre los 30 tomé una de las decisiones que más marco mi vida, aunque aún no era consciente de ello. La decisión que tomé fue ocuparme de la empresa familiar y aparcar mi pasión. Y ahora te preguntarás…. ¿En serio? Pues sí. Y además convencidísima de que era la mejor decisión: continuar con el legado familiar. Al tiempo monté mi propia empresa y marca franquiciadora. Crecí y aprendí muchísimo en con estas dos experiencias.
La vida misma…
Habían pasado unos 10 años cuando la vida me sorprendió con una pérdida inesperada. Eso me hizo replantearme mi escala de prioridades. Comencé a hacerme preguntas para las que no hallaba respuestas… y me fui a buscarlas!
Y si tú también tienes preguntas sin respuestas, quizás te estés preguntando ¿Dónde fuiste a buscarlas? Probablemente con la intención de ir al mismo sitio. Fue entonces cuando comencé un viaje maravilloso. Ese viaje fue el comienzo del resto de mi vida. Entendí lo que he convertido en un mantra para mí: LA SALIDA ES HACIA DENTRO. Y empecé mi viaje hacia mí interior, hacia mí misma. Os confieso que me encanta viajar, siempre he pensado que es la mejor inversión. Invertir en experiencias de vida. A día de hoy te digo que ha sido el mejor viaje y la mejor inversión que jamás hice. Invertir en mi misma.
En ese viaje descubrí “rincones ocultos” desde los que había estado operando toda mi vida, descubrí cómo me había dedicado a ocuparme más de los demás y sus necesidades, que de las mías propias, descubrí que debajo de esa “careta” siempre fuerte y feliz, había una mujer que, en ocasiones, sentía que no podía y también merecía cuidados por mi parte, descubrí cómo había estado enfocada la mayor parte del tiempo en cumplir las expectativas de los demás, sin que ellos lo pidieran, descubrí en cuantas situaciones de mi vida me había sentido al borde de un precipicio, con ganas de saltar pero con muchos miedos…y descubrí muchas más cosas…y todas ellas me hicieron empezar a caminar en una dirección distinta. Todo esto fue posible gracias trabajar mi Inteligencia Emocional.
Volver a conectar…
Volví a conectar con la pasión por la vida y eso incluía mi pasión por las personas. En ese momento entendí esa misión de vida que me llevaba acompañando desde siempre: AYUDAR… Entendía que era fundamental para ello hacerlo de la misma forma que me había funcionado a mí y me puse manos a la obra: me forme como Entrenadora Europea en Inteligencia Emocional y como Coach Transformacional, entre otros, y comencé a diseñar e impartir programas de desarrollo personal y profesional.